Como ya dije en la entrada dedicada a las cantiñas, éstas están formadas por varios palos: las propias cantiñas, las alegrías, los caracoles, las romeras y el mirabrás.
Hoy le toca el turno a las romeras.
Las romeras son cantes con coplas de cuatro versos octosílabos y, mayormente, rima asonante.
Parece que recibe el nombre por el uso común de la palabra romera aunque, como siempre en el misterioso mundo del flamenco, también existe la leyenda de que su nombre se debe a su creadora La Romera, por lo visto mujer de bandera con final "coplero":
Ven acá mi arma
mar arma tuviste:
como a Romera,
tendida en el suelo
la muerte le diste
Fernando Quiñones, más práctico, opina que la creación de la romera de debe a Romero el Tito, que fue un cantaor gaditano del barrio de Santa María.
Lo más llamativo y característico de las romeras son las interrupciones que se producen incluso a mitad de una palabra.
Este cante, como muchos otros, tiene su auge en los cafés cantantes, pero se dejó de cantar hasta que Hispavox en los años 50 publicó su famosa Antología del Cante flamenco.
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