sábado, 27 de septiembre de 2014

TALLER CON SCRAPPIEL

Scrappiel es una tienda monísima de manualidades y scrapbooking que se encuentra en la calle Andrés Pérez, por la zona de Pozos dulces (hay nombre más bonito para una calle?)
Es pequeñita, pero muy coqueta y sobre todo acogedora, a mí me encanta y, de vez en cuando, hacen talleres de scrap y de marroquinería, aparte de que tienen un montón de material para scrapear.
Pues bien, ayer asistimos, mi amiga Montse y yo, a un taller para hacer una preciosa agenda y éste es el resultado de la mía:



Ésta es la portada. Cada una la montó a su gusto aunque los papeles eran los mismos para todas.
En mi caso, al precioso papel decorado (creo recordar que pertenece a la colección Bo Bunny) le añadí un recorte que es el que se encuentra en posición vertical de color marrón y, a este recorte, le pegué dos perlitas y otro recorte que es el que se encuentra en el centro (hay que aprovechar todos los trocitos que van sobrando)
El cartelito con la palabra "agenda", lo pegué sobre una blonda que previamente había entintado de verde y rosa. El cartel lo pegué con cinta de doble cara, pero más gruesa de lo normal, para que quedase en relieve y le hice una banderola con dos trocitos que también me sobraron, en este caso, troquelé una mariposa y recorté una bandera a la que añadí tres brillantitos rosas.
Por cierto, que nunca uso blondas y me ha gustado mucho el resultado!


Como se puede ver, la agenda, por dentro, es una preciosidad y en el taller nos enseñaron a embellecerla aún más con unos papeles decorados muy bonitos a los que les hicimos bolsillos, carpetas y todo tipo de rincones para guardar fotos, notas o momentos especiales...



Esta solapa me encanta, la usaré para otros trabajos scraperos porque el resultado es muy chulo!




Esta carpeta también me resultó muy original. La parte central está pegada formando dos bolsillos.




Estos separadores me encantaron, primero, porque el papel es bonito, bonito y, segundo, porque se pegan haciendo un bolsillo y queda la mar de cuco.



Y así acaba la agenda, con una preciosa carpeta que, cuando se abre, descubre dos solapas unidas con este sistema de cierre que me encanta.

En fin, así pasamos 4 horas ayer (que se hicieron cortísimas) disfrutando como niñas chicas. Es mi segundo taller en Scrappiel y ambos me han gustado mucho, de hecho me he quedado con ganas de más, así que estaré muy atenta a Facebook a ver cuándo se realiza el siguiente!

martes, 23 de septiembre de 2014

SMASH BOOK DE LA LUNA DE MIEL: COMIENZA LA AVENTURA

Tengo que seguir colgando las imágenes de mi primer Smash, pero no me he podido resistir a comenzar el de la luna de miel.
Este Smash book es el ecológico, verde y naranja por dentro (casi la bandera irlandesa) y está repleto de imágenes de bosques, así que es el idóneo para las fotos que tengo de la luna de miel.
La de hoy es la página de presentación y la foto corresponde a nuestra espera en el aeropuerto. Mi cara no refleja el estrés y la ansiedad que tenía en ese momento :p




Como el fondo de la página tenía un dibujo muy bonito con las flores y las hojas, decidí colorearlas y recortar la foto para que tapara el mensaje que venía escrito y que no tenía nada que ver con la imagen que iba a colocar.
Una vez pegada la foto, sólo era cuestión de decorar: el título de la página con dos tipos de alfabeto (uno para el inicio de las dos palabras principales y otro para el resto), dos adornos de madera que compré hace tiempo y que van perfectos para el tema (el avión y la maleta), un poquito de washi tape y dos tiritas de papel que me sobraban, la fecha y unos cuantos adornitos de colores para dar un poco de brillo.
Muy fácil y entretenido!

lunes, 15 de septiembre de 2014

UN REGALITO SCRAPERO

Tenía muchas ganas de hacer este álbum y el cumpleaños de mi prima Mariló me sirvió de excusa perfecta.
Es idéntico a uno que hace Elena Roche en su canal de youtube pegapapelotijeras (el cual recomiendo porque da gusto verla hacer estas cosas tan bonitas)
Es súper fácil de hacer, entretenido y divertido y además queda un resultado muy chulo, qué más se puede pedir?








martes, 9 de septiembre de 2014

EPÍLOGO DE LA LUNA DE MIEL

No voy a aburrir contando el día de regreso porque ya se sabe que un aeropuerto es lo más feo que hay.
Este viaje ha sido único, el más maravilloso que hemos tenido... en realidad, eso es una luna de miel, un viaje inolvidable.
Estábamos muy tristones por nuestro viaje acabado, por el calor de Málaga, porque aquí no hay bosques (ayyy sólo con que en Málaga lloviera cuando tiene que llover qué diferente sería todo), pero como nos había sobrado bastante dinerillo decidimos irnos a Nerja (que es mi pueblo favorito de Málaga) y como considerábamos esta escapada una parte de la luna de miel, decidimos tirar la casa por la ventana y nos fuimos al parador de Nerja con desayuno incluido (un buffet que te mueres de cosas ricas)




Así sí me gusta el verano!
Por la mañana a la piscina, por la tarde a la playa.
A la playa bajábamos con un ascensor exclusivo del parador que te dejaba casi en a misma arena. Qué maravilla! 


El parador es precioso, tranquilo, lleno de árboles y flores y con unas vistas de postal.


La habitación también preciosa con una terracita con vistas a los jardines, la piscina y la playa.





Y Nerja es tan bonita! es turística pero en plan tranquilo y familiar, a mí me gusta mucho su ambiente.





En fin, que nos hemos pasado un fin de semana comiendo y en remojo y, cuando regresamos el domingo, sí que definitivamente había acabado nuestra luna de miel. 
Ya no soy una novia, ya soy una señora casada...
¡Qué fuerte!

lunes, 8 de septiembre de 2014

VUELTA A LA CIUDAD DE PIEDRA

Nunca me pude imaginar que me resultaría triste volver a una ciudad tan bella como Edimburgo, pero en esta ocasión, así era. Volver a Edimburgo significaba acabar con la luna de miel.
El único consuelo es que ese día, en la capital escocesa, nos íbamos a volver locos haciendo compras para nuestros seres queridos y para nosotros mismos (yo me consolaba con eso y con la idea de la cantidad de fotos que llevaba para hacer scrapbooking, mi cámara de fotos se había convertido en mi mayor tesoro)
Llegamos pronto pero tuvimos que esperar media hora en la puerta del hotel porque la dueña estaba comprando. He de decir que, aunque la señora era muy amable, esa fue la peor habitación, el suelo crujía mucho y por algunas partes se hundía, el lavabo era minúsculo (como el baño en general) la cisterna del water hacía un ruido muy desagradable y cuando menos te lo esperabas y no me pude duchar porque no había manera de dar con la tecla para que saliera agua del grifo.
Pero bueno, estábamos en Edimburgo y eso es mucho.
Después de las compras (fue un momento genial, a lo Carrie Bradshaw) nos perdimos por la ciudad caminando sin rumbo fijo.




Comimos en el mismo lugar donde lo hicimos la primera noche que llegamos, hizo hasta solecito y las terrazas estaban llenas. La ciudad estaba resplandeciente.
Pero duró poco, fue salir del pub y comenzar a llover. Durante toda la luna de miel me ha gustado mojarme, pero en esta ocasión iba cargada de bolsas y regalitos y no era plan de que se echaran a perder, así que Vimbrio aprovechó para tomarse una cerveza en The brew dog, un pub que hace su propia cerveza y que ya le había llamado la atención anteriormente.


Cuando cesó la lluvia, volvimos a la calle... en realidad, no hay nada destacable que contar en esa ocasión, seguíamos disfrutando de la ciudad, pero con un poso de tristeza.
Cenamos y nos fuimos a un pub muy típico que hay en la Royal Mile y que también tiene música tradicional, aunque irlandesa, porque he de decir que en cuestiones musicales, Irlanda le gana a Escocia por goleada.




Volvía a llover a cántaros y temíamos que por culpa de la lluvia no bajasen los soldados gaiteros, pero afortunadamente, a ellos no les asusta un poco de agua.
Cuando se acercaba las 22:30 nos salimos del pub, a pesar del frío y la lluvia. Nos teníamos que despedir de Edimburgo con esa bajada solemne y espectacular. Eso sí, fue acabar la canción Scotland the brave y salir pitando hacia el autobús (que tardó lo que no estaban en los escritos el puñetero)
Ya no volveríamos a pisar Edimburgo. En un principio pensamos aprovechar la mañana del día siguiente en el centro, pero viendo el retraso del bus no nos atrevíamos porque perfectamente nos podían dejar tirados y perder el avión. Y yo, en concreto, quería que lo último que viera en la ciudad fuera a los gaiteros.
Ay! al día siguiente volveríamos a la calor, la peste y el griterío, estaba muy triste!
Lo que aún no sospechaba es que nos quedaba un as debajo de la manga!! XD

domingo, 7 de septiembre de 2014

UN AMIGUITO, PERDIDOS Y ENCONTRADOS, CANTANDO EN UNA PUB

Este día fue magnífico, pero magnífico de verdad y eso que cuando empezó no nos prometía tantas experiencias chulas como luego tuvimos. Encima, yo me sentía muy baja de ánimo: el viaje se acababa y había visto la foto del pobre reportero americano a quien degollaron los putos yihadistas y eso me puso el cuerpo malo.
Total, que la expectativa era que iba a ser un día la mar de regular. Pues me equivoqué de cabo a rabo.
A eso de las 11 de la mañana, después de un camino precioso, a pesar de no estar ya en las Tierras Altas, llegamos a Balloch. Un pueblecito sin apenas turismo y, por lo tanto, más auténtico, como descubrimos esa noche.
Vimbrio sabía que había unos parques naturales por esa zona que eran dignos de ver, así que nada más soltar las maletas, compramos unos bocatas y nos dirigimos hacia el parque natural del lago Lomond.
Primero fuimos a Balhama (creo que se llamaba así) e iniciamos una rutita que, no por ser suave, le faltaba belleza.



Íbamos andando, haciendo fotos, disfrutando del paisaje, a mí ya se me iba pasando el mal cuerpo y llegó la hora de comer. Nos apartamos del sendero y sacamos nuestros bocadillos. No llevábamos ni 2 minutos cuando se nos acerca un petirrojo.


Para quien no lo sepa, el petirrojo es un pajarillo que tiene el buche rojo o anaranjado, es pequeñito y gordito. En el Reino Unido es un animal muy respetado, sale en cuentos, leyendas y siempre se le ha considerado el amigo de los jardineros.
Yo le tengo mucha simpatía desde que leí el precioso libro infantil "El jardín secreto".
Pues bien, ahí que estaba el pajarito posado en una rama mirándonos con todo descaro. Vimbrio se le acercó con un pedacito de pan pero salió volando. Volando sí, pero para posarse en otra ramita al lado nuestra y seguir mirándonos super descarado. Cuando se cansaba, volaba de nuevo y se posaba en otro sitio, pero siempre a nuestro alrededor.
Nosotros estábamos encantados con el petirrojo cotilla.
Vimbrio le dejó un trocito de pan sobre el tronco donde habíamos colgado nuestras cosas y poquito a poco se acercó y se puso a comer con nosotros.


Fue un momento precioso, yo me emocioné porque soy muy tonta para estas cosas, qué le voy a hacer!
Estaba comiendo el petirrojo cuando vino otro y ya se fueron los dos, pero desde ese momento pongo al petirrojo por encima de las golondrinas en cuanto a mi pájaro favorito. Ese animalito me alegró el día, y cada vez que se me venían pensamientos tristes me acordaba de él y se me pasaban.
Después de esa ruta, que, por cierto, tiene un final precioso con el lago, fuimos a otra que se llama Cashel (de este nombre sí me acuerdo bien). Ahí estuvimos poco tiempo porque comenzó a llovernos y, como aún queríamos hacer más rutas, no nos arriesgamos a que se nos mojaran los pies, además, Vimbrio me confesó después que estaba prohibido pasar por allí porque estaban haciendo unos arreglos o algo así. 
A pesar de estar poco tiempo el sitio es magnífico y se nota que apenas va gente por allí porque el sendero estaba cubierto de hierba bastante alta.




Y, por ultimo, nos recomendaron otro lugar que se llamaba algo así como Salisach o parecido. Era un camping al pie del lago y tenía varias rutas con distintos colores.
Miramos el mapa para ver qué camino debíamos seguir, pero de estas veces que miras algo sin prestarle verdadera atención porque a nuestra derecha había un puentecito encantador y varios petirrojos haciendo de las suyas y comenzamos a seguirlos sin más.
Ésta ha sido la mejor ruta con diferencia, porque el paisaje era el más agreste, se nota que pasa poca gente por ahí. La vegetación es desbordante y también la primera cuesta que tuvimos que subir, que por poco suelto los higadillos, hace pensar que no es un sitio especialmente turístico, pero una vez subida sólo quedaba disfrutar.




Oooo! qué sitio más espectacular! Bosque de cuento, de Lothlorien, de lo que se quiera que suene a fantasía e imaginación.





Iban haciendo el camino también un par de parejas a las que íbamos dejando atrás. A mí me llamaba la atención que fueran tan preparadas en plan, zapato de senderismo, bastón, mochilas enormes... el kit completo.
Yo iba con mis tenis y mi cámara de fotos sin más y ambos brincando y riendo a lo Pedro y Heidi en las praderas con las cabritas.
Total, que ahí seguíamos andando y andando... yo pensaba que ya nos faltaba poco para llegar al camping donde teníamos aparcado el coche porque después de haber girado un rato volvía a ver el lago, pero aún así había que continuar caminando un buen rato. Comenzó a llover y no sólo a llover, comenzó a diluviar, que hasta llegó un momento que nos vimos obligados a abrir el paraguas (hemos sido muy reacios, si nos tenía que llover, queríamos mojarnos y anda que ese día nos mojamos y bien). Aún así nos parábamos en cualquier rincón dentro y fuera del sendero que nos llamara la atención porque con la lluvia los colores eran más intensos, más bellos y brillantes. Yo intentaba fotografiar todo mentalmente (ya no podía sacar la cámara con la que estaba cayendo) para no olvidar nunca la magia y el misterio de un bosque así, mirabas a los lados y veías esa oscuridad que ha sido siempre lo que más nos ha llamado la atención, por lo tupido de los árboles y arbustos.
Total, que ni sabía cuánto tiempo llevábamos andando cuando ya dimos con la carretera y pensábamos que era la que conducía al camping. Craso error.
Había un hotelito que no nos sonaba de nada, no sólo eso, Vimbrio me dijo que llevaba un rato pensando que nos habíamos perdido. Entró en la cafetería del hotel y la camarera le dijo que ni siquiera le sonaba el camping donde habíamos dejado el coche (a todo esto ya empezaba a oscurecer un poquito, aunque aún tardaría un par de horas en hacerse de noche). Un chico que le oyó se acercó a Vimbrio y le dijo que habíamos dejado muy atrás el camping y que lo mejor era coger un taxi. Su compañera también le dijo que ya le había extrañado a ella que le hubiésemos adelantado hasta dos veces porque esa ruta era chunga. Os podéis imaginar nuestras caras!!
Entramos a la recepción del hotel para saber exactamente a cuánto estábamos del camping y nos dice el recepcionista que a unas 3 millas. Vimbrio le pregunta si tardaríamos media hora en hacer las 3 millas, el recepcionista se ríe y dice que depende de lo deprisa que vayamos porque 3 millas son 5 kilómetros!!!!
Nuestras caras un poema entre la sorpresa, el chaparrón que llevábamos encima y yo contando mentalmente el dinero que llevaba encima para luego poder pagar al taxista al que íbamos a llamar y que sabe Dios de dónde vendría!!
El recepcionista llamó al taxista con la inmensa fortuna de que estaba en el hotel y nos llevó enseguida a nuestro coche mientras se reía de nuestra aventura. Y encima nos cobró menos dinero de lo que marcaba el taxímetro, osea que un amor de taxista.
Una vez resguardados en nuestro coche nos hartamos de reir y de comer galletas porque no veas si había hambre! Ah! Vimbrio se asomó al mapa de nuevo y empezamos mal desde el principio, todo por culpa del puente bonito y los petirrojos!!
Después de tantas caminatas (todavía no sé cuánto tiempo estuvimos caminando perdidos) de tanta lluvia y cansancio nos fuimos a Balloch. Vimbrio aún tenía ganas de acercarse a su castillo, pero yo le dije que a mí me dejara en el hotel porque estaba calada hasta los huesos y muerta de frío y me apetecía una ducha desesperadamente.
Al final, el castillo, dice que no era para tanto.



Una vez arreglados y sequitos, nos fuimos al pub que había al lado de nuestro hotel porque ponían música en directo.
Después de una magnífica cena, llegaron los músicos. 
Los músicos, en realidad, eran 5 ó 6 amigotes de toda la vida que se reunían un día por semana en ese pub a tocar sus canciones que no tenían que ser tradicionales.
Fue estupendo y lo que dije anteriormente, fue auténtico. Vimbrio lo flipaba imaginándose a sí mismo y a sus amigos ya con más de 50 años (había uno que era igualito igualito que Gandalf y ese tenía más de 70 seguro) reuniéndose para tocar un rato y cantar.
Se notaba que ya había mucha confianza con los dueños del pub porque se movían por la barra y la cocina como Pedro por su casa. Uno de ellos incluso se acercaba a los pocos que no éramos del pueblo para saber de nosotros.
En fin, lo que empezó siendo un día tristón y sin muchas expectativas, se convirtió en uno de los mejores de toda la luna de miel.
Al día siguiente regresaríamos por última vez a Edimburgo...